Novela con cocaína
«Parael hombre enamorado todas las mujeres son mujeres, a excepción de aquella a laque ama, a la que considera una persona. Para una mujer enamorada todos loshombres son personas, a excepción de aquel al que ama, al que considera unhombre.» Reflexiones como ésta, en una novela por lo demás repleta deinfrecuentes revelaciones sobre sexualidad y roles de género, y de elementosciertamente inéditos como la adicción a la cocaína, debieron llamar laatención, a comienzos de la década de 1930, del grupo de emigrados rusos queeditaban en París la revista Cifras y a cuya redacción llegó, con elseudónimo de M. Aguéiev, el manuscrito de Novela con cocaína. La paternidad de la novela, que llegóa ser atribuida a Nabókov y que no sería definitivamente esclarecida hasta1994, fue desde entonces un enigma. Pero el revuelo estaba justificado por laextraordinaria originalidad de la obra, una narración en forma autobiográfica,ambientada en Moscú en vísperas de la Revolución, de un joven impelido por «eldeseo de conferir a mi personalidad un carácter singular», desde sus últimosaños en el Instituto hasta su reclusión en el solitario universo de«desdoblamientos» de la cocaína. Osada, profunda e incómoda, con una visión delmundo que supone «un insulto a nuestra noción más luminosa, tierna y pura»,esto es, «el alma humana», ésta es una novela imprescindible del siglo XX, por primera vez presentada en traducción directa delruso.